domingo, 27 de abril de 2008

Domingo


Dios se toma vacaciones hoy, sera por eso que nos suicidamos?
Algunaz veces es con una palabra, con un escrito
con un solosequenosenadamediocre
en fin,
Dios duerme,

juguemos...









MORAL?

Cada valorización de la voluntad de poder o cada práctica discursiva (sabios habrá que precisen la relación entre Nietzsche y Foucault sobre este punto), es prisionera de sí misma y la historia universal no es otra cosa que el tejido de estos hilos; la valorización griega del placer más que del sexo, hacía que los griegos no encontraran otro objeto que este mismo placer; el sexo del compañero o de la compañera, permanecía indiferente. Se adivina lo impopular que debería haber sido una filosofía como ésta que quita a los hombres, como se suele decir, sus razones para luchar porque ella misma lucha prescindiendo de la razón. No lo ha sido gracias a dos falsos sentidos: el desconocimiento del nivel trascendental de la crítica de Foucault, la interpolación de una negatividad que permitiría en último término hacer creer lo que se desea y situarse en el bando correcto.

Lo que denominamos una cultura ciertamente carece de cualquier unidad de estilo; es una confusión de prácticas discursivas todas ellas rigurosamente interpretables; es un caos de la precisión. Pero todas estas prácticas tienen en común ser a la vez empíricas y trascendentales: empíricas y por ello siempre rebasables, trascendentales y por ello constitutivas al menos mientras no son borradas (y sabe el diablo con qué poder se imponen entonces estos "discursos", puesto que son las condiciones de posibilidad de toda acción). Foucault no rehusaba que se le hiciera decir que lo trascendental era histórico. Estas condiciones de posibilidad inscriben toda realidad en el interior de un polígono irregular, cuyos extraños límites no abrazan jamás la amplia bandera de una racionalidad completamente circular; estos límites mal conocidos pasan por ser la razón misma y parecen inscritos en la plenitud de alguna razón, esencia o función. Falsamente, pues constituir es siempre excluir; siempre hay vacío alrededor, pero ¿qué vacío? Nada, una nada, una simple forma de evocar la posibilidad de polígonos recortados de otra manera en otros momentos históricos, una simple metáfora.




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