viernes, 19 de octubre de 2012

Espejo





La piedra en el zapato,
esa manera anodina de mirar de soslayo
los sueños apilados.
La pasión que se despinta la boca
y que ya no es la Venus
sino una puta cansada
Las obligaciones tirando de este lado de la conciencia
y del otro lado la sangre del coraje contenido.
Hirviendo.
Todas las renuncias,
incluso la esperanza del suicidio
(otra  vacaciòn postergada)
Esos pequeños detalles son como
moscas que anidan en la utopía muerta
Y el fracaso guiñando un ojo, 
sacando la lengua.


2 Espejos


El insomnio no te encontró, después de muchos años. El piano solo, el mate amargo. Los días cerrados. Nadie fue melodía para silbar, silencio para venerar. Cerré la puerta como un anhelo negado  y me dejé llevar por un camino violeta y doloroso. El infierno de las utopías. La desilusión, el desengaño , la espera. PERO NO. La vida es esto. Una eterna caída de ideales remando a contramano,un plaf plaf en la cola del destierro. Un ir y venir de fuegos cruzados. La violencia sistemática (simbólica y no tanto),la violencia. La furia detrás de los sueños postergados. Amargo, el seno  ciego, el muerto  truncado, los hilos desparramados. Y se suponía que la vida era esto. ¿Dios adonde va cuando no existe? No existe el amor, la fe la esperanza idiota que recitamos en un verso de primaria. ¿Duele acaso?



Destete


Nunca llegué a su corazón.Nunca descongelé esa fría vianda de microondas.Cuando se me ocurría llorar,me miraba,desconcertado,con ojos de pollo de granja.Mis reacciones estaban fuera de su repertorio.Amar,creer en algo,tener coraje  eran verbos inconjugables en su paradigma de egoísmo.A veces me daba pena.Vivía en un bucólico paisaje de porcelana.Admiraba las poses y los detalles vacuos.Las personas que vivían en portarretratos aguantando la respiración para que el corsé de humanidad no reventara en tripas de modales,eran su debilidad.Le gustaba hablar de él mismo,sobre todo admirarse.Pero nunca elogiar,nunca ser sensible al dolor o al triunfo ajeno.Supe después,que se debía a que sus anchuras tenían sangre de pato.Nunca discutimos,mis monólogos recibían oídos amables y lacónicos,mientras traspiraba hedores nauseabundos .Nunca pudo conmigo,era demasiado alboroto para su pétreo yeso.(Yo buscaba a Hércules y me encontré con Paris).Lo que más me molestaba era su interés en hablar del clima y que fuera feliz en un corral de gallinas perfectas.Supongo que era inocuo y el error,netamente mio.Lo suyo era descongelarse a fuego lento.Y por eso no se quedó conmigo.

miércoles, 17 de octubre de 2012

No.

No vas a darle la mano,
no vas a ser testigo de su lucha interminable,
de mis ojos cansados a la tarde,
De mis ansias por verle sonreir
de mi hambre mañanera por desterrar la distancia,
por tener a mano tu sol,tu hàlito bendito.
No vas a tenernos.