SOMBRAS

Amaba mirar su cuerpo volcado sobre su sexo despues de la contienda,ese color oscuro en toda la piel gastada y esa manera de blanquear los ojos exhaustos regalando una mirada ausente.Esas postales le obsesionaban,a tal punto que cuando partía se quedaba en ellas como si todavia estuviera,como si él le tocara el alma con su cuerpo y quedara sola y maldita para siempre,envuelta en su recuerdo amarillo.
No sabía en qué momento había empezado la partida, un sentimiento migratorio le habia invadido hace tiempo, una especie de instinto de supervivencia transmigrado a un acto de desdén con el otro y la solitaria congoja...Al fin y al cabo ella ERA sola,ella SENTÍA SOLA.Aún los orgasmos eran soliloquios de placer expuestos a una mirada ajena que tenía ocasion de atestiguar sus desdoblamientos de mujer-gata,monstruo perenne y humano, eternamente primitiva,visceral y entregada.
Luego de la partida inevitable se quedaba sentada, desnuda imaginando un nuevo encuentro, otra cara anónima con el mismo nombre y sin embargo con tantos ojos repartidos en el cuerpo.Salía a caminar como preludio de un nuevo encuentro,no dudaba de su talento para llamar la atención, y ésa, justamente era la táctica,porque no hay nada más peligroso que una mujer poderosa que sabe que tiene poder y no tiene miedo de usarlo,casi siempre a las dos horas tenía a otro contándole su vida (vaya a saber qué inventos) y aguantaba todo, las ex , los problemas en el trabajo, los problemas de ego lastimado;con esos ojos viejos y pacientes ganaba un nuevo pasaporte a su propia cama de la cual no podía disfrutar sin la sensualidad de dos cuerpos en sinfonía.
Luego lo de siempre,la evocación, ese demonio desnudo y traicionero que siempre tiene un nombre.